Muchas de las palabras y expresiones recopiladas en el estudio están moribundas y otras, se puede decir, que muertas. A las palabras moribundas insuflémosles el oxígeno necesario para que se revitalicen. Porque cómo va a ser lo mismo decir que llevaban cántaros inestables que decir que los llevaban entenguerengue. Cómo va a ser lo mismo ver la pantalla del cine de verano en oblicuo, sesgadamente o de soslayo, que verla de rajpajilón.