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Historias de la Raya: Antonia la Lirina y Joaquim José Ramalho, alias "el Lagarto"

Autores

Tipología
Artículo de revista
Título de la revista

Revista de Estudios Extremeños

Año
2006
Volumen
LXII
Número
3
Páginas
971-1008
Sinopsis de contenido

[Resumen extraído de la fuente original]

En esta entrevista se presenta el relato de una mujer que se dedicó al estraperlo y al contrabando durante gran parte de la posguerra. También incluye episodios de su vida posterior, cuando trabajaba en el campo recogiendo algodón. Aunque esta historia refleja, en gran parte, la de otras muchas mujeres estraperlistas y contrabandistas, es particular y única, irrepetible. La entrevista termina cuando nuestra protagonista, ya viuda, emigró a Barcelona a mediados de los años sesenta, donde terminó de criar a sus ocho hijos, varios de los cuales han pasado con éxito por la Universidad. Esta extraordinaria mujer, estandarte de la voluntad humana, vive actualmente en Olivenza. Es para nosotros un orgullo el haberla conocido y un placer presentarla ante ustedes.

Son muchos y variados los aspectos interesantes contenidos en la entrevista. El primero de ellos es la personalidad arrolladora de nuestra informante. La locuacidad, el carácter abierto y una gran corpulencia se aúnan en ella para crear un ser voluntarioso, trabajador y libre. Nos encontramos ante una mujer dotada de una fuerza constante y misteriosa que sobrevive a la adversidad y acaba imponiéndose sobre ella.

Además de la singularidad y del carisma de nuestra interlocutora, otros aspectos importantes a retener, son los siguientes:

La importancia simbólica y estructural del Guadiana internacional. El río como configurador esencial del mapa mental y territorial, el río como fuente de vida y como lecho de muerte, el río como espacio liminar por excelencia. También destacamos la ambigua actuación de los pescadores; unas veces ayudando a las mujeres contrabandistas a cruzar el río y otras entregándolas a los guardias de frontera. Merece además la pena detenerse en el complejo haz de relaciones que se tejía entre las propias mujeres; ese entramado compuesto por lazos familiares, afinidades, envidias y rencores, alianzas y traiciones... La entrevista contiene además información relevante sobre los circuitos de venta y distribución del contrabando, de los sistemas de información, sobre los medios de transporte y su evolución a lo largo del tiempo, etc. Como trasfondo, se proyecta el escenario gris de la posguerra en un pueblo singular de la frontera (Olivenza).

Joaquim José Ramalho, más conocido como “el Lagarto”, vivía con su mujer en una humilde casita de campo, a las afueras de Santiago Maior, en el término portugués de Alandroal. Aunque yo no le conocía había oído hablar mucho de él, en Cheles y en Olivenza, donde me aseguraron que había sido el contrabandista más famoso de esta parte de la frontera -raya húmeda-. Cuando por fin dimos con él en el verano de 1998, el Lagarto estaba sentado junto a la puerta de su casa, a la sombra de una parra. Vestía camisa y pantalón negros y parecía como si estuviera esperándonos. Su mujer también iba vestida de negro. Este hombre trabajó muchos años como cortador para un conocido industrial cafetero de Campomayor. Reclutaba y guiaba a las cuadrillas de mochileros y se hizo famoso, entre otras cosas, por su resistencia física y las pesadas cargas que transportaba, algunas de más de cuarenta kilos. Su zona de actividad abarcaba desde el Algarve hasta el término de Campomayor. El Lagarto representa una de las mejores estampas del contrabandista de posguerra que hemos conocido. Hablaba un castellano atropellado, con cierto deje que se le había pegado en sus innumerables incursiones al otro lado de la frontera. Su conversación, casi monólogo, era cautivadora, apasionada y melancólica; mientras nos relataba una parte de su vida, yo sentía que estábamos viviendo una singular experiencia. Me llamó la atención su disposición a contar cosas comprometedoras desde el principio y sin apenas pedirme explicaciones. Esta actitud colaboradora difería considerablemente de la de otros informantes, pero se asemejaba a la de aquellos que habían estado metidos de lleno en el contrabando y conocían muy bien sus entresijos. El encuentro duró más de lo que se transcribe a continuación. La conversación se prolongó durante la comida que nos ofrecieron y más allá de los postres. En el relato que a continuación se presenta destacamos la presencia central y la importante carga simbólica que representaba el río, el caudaloso Guadiana; atravesarle era el reto constante que se imponían los contrabandistas así mismos, aún sin saber nadar; sortear los peligros que se arremolinaban en su cauce, en torno a sus orillas, ganarle la partida a la naturaleza y a los guardias una y otra vez, esconderse o luchar para no dejarse apresar, resistir para no ser arrastrados por la corriente. El Lagarto nació, vivió y murió junto a la frontera. Él nunca emigró; permaneció aferrado a esta tierra que tan bien conocía, siempre cerca de su fronterita, el escenario de tantos peligros y situaciones, la puerta agreste de tantas aventuras y ensoñaciones. Esta peculiar entrevista recoge, a nuestro parecer, la esencia de una vida dedicada al contrabando en la frontera. Es la historia resumida de un cortador portugués, de un guía de mochileros. Su testimonio constituye un documento inédito, de primera mano, asombroso. Es una visión desde dentro de las cuadrillas del contrabando tradicional, sobre las complejas relaciones que se entretejían en este asunto oscuro y peligroso del contrabando, de las privaciones, de las fatigas, de las proezas... Este es un alegato sobre la fuerza de la voluntad, sobre la propia vida recreándose a sí misma en proceso constante de repetición y de transformación.

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Última modificación
02/08/2019 - 14:24